– No olvides señalar tu nombre y curso
Comentario de David Vázquez:
Una apagada estación, un inquietante momento del día, una pizca de carboncillo que se introduce en un ojo y dos desconocidos son los elementos de un flechazo que se trunca por no reaccionar a tiempo. La casualidad y el destino nos brinda, a veces, una segunda oportunidad, pero ¿qué respuesta nos da el destino cuando lo forzamos? Nos pone al nivel de aviones de papel mecidos por el viento que no consiguen llegar a su objetivo aunque esté a pocos metros. La casualidad propicia el encuentro de los dos desconocidos, pero su destino no era conocerse, su destino ya estaba escrito. Los azares del destino impusieron que algo no sucediera, pero si el azar es casualidad, será por casualidad que su destino solo fuera la silueta de unos labios en un papel. ¿Podremos con un papel, con un avión de papel, atravesar un río que fluye en una sola dirección? ¿Y si en vez de un río el destino fuera un océano en la tormenta? ¿Podrá, aunque sea por casualidad, el avioncito de papel sobrevolar la tormenta?
YO CREO QUE SÍ… O NO…