En el artículo publicado el pasado lunes 19 en el diario El País, Los ordenadores no enseñan solos por J. A. AUNIÓN, se puede leer lo siguiente:
» …La profesora de secundaria Marta Pacheco, responsable de nuevas tecnologías en su instituto cordobés, el Averroes, resume algunas dudas de los docentes: los problemas del software -las licencias son caras y si trabajas con software libre se limitan las posibilidades ,…»
Enseguida me puse en contacto con J.A. Aunión, que realizó la entrevista por teléfono la semana anterior, vía correo electrónico, cuyo texto reproduzco a continuación:
«En ningún momento dije esta frase (lo recuerdo muy bien pues considero este tema crucial) sino que se deberían tener en cuenta la experiencias de comunidades autónomas que ya llevan un camino andado, como es el caso de Andalucía donde se apostó por el software libre con muy buen criterio; me referí también al peligro que suponía que «entraran a saco» las editoriales y empresas como Microsoft, pues de lo que se trata no es de reproducir el libro de texto en una pantalla de ordenador sino de cambiar la metodología para lo que es fundamental la formación del profesorado, acercarnos a los intereses del alumnado, hacerles aprender haciendo no memorizando una cantidad ingente de contenidos y abrir la escuela a la sociedad actual.
Hablé de la cantidad de profesores innovadores (le puse ejemplos como Aulablog, Planeta Educativo, Internet en el Aula, El Tinglado, etc.) que ya llevan años publicando y compartiendo recursos sin reconocimiento oficial .
Di detalles sobre el diseño de la experiencia andaluza que me parece estupendo; otra cosa es el seguimiento que se está haciendo y el abandono que sentimos algunos centros como el nuestro por parte de la Administración a la hora de resolver problemas técnicos que no voy a detallar ahora.
Comenté también la necesidad de contar con un buen ancho de banda: otro de los problemas que tenemos es la lentitud del acceso a Internet que nos impide utilizar excelentes aplicaciones o herramientas de la red como vídeos, animaciones, documentos compartidos, etc.
Insistí mucho en la importancia de que no se me interpretara mal o se sacaran de contexto frases que no respetaran el espíritu de lo hablado en la conversación teléfonica que mantuvimos, ya que considero que no se trataba de dar mi opnión personal, sino la todo un colectivo».
En los mismos términos me dirigí a la sección de Cartas al Director de dicho diario. Como no he recibido ninguna respuesta, y dudo que vayan a rectificar o publicar la Carta al Director, utilizo esta vía para aclarar y corregir dichas declaraciones.