Despedida de Jacinto

En el Averroes el 16 de enero de 2012


Estimado amigo Jacinto:

Corrían los años finales del pasado siglo XX, cuando un grupo de aguerridas personas, cual racimo de uvas finas, solicitaba voluntad de querer prestar su trabajo en el gran Instituto del Sector Sur, el Averroes.

Nadie mejor que ellos y ellas para aportar realidad a un trabajo de cercanía con el alumnado, que quienes además de venir a trabajar, seguían viviendo cada día el pulso de la calle porque la pateaban a diario: vivían y trabajaban en este entorno. Y eso, lo era entonces y lo sigue siendo ahora, un gran valor añadido.

Y en ese ramillete de nuevas incorporaciones; hablamos de 1992 –casi 20 años de bellón-,  aparece la figura, entonces estilizada, de un hidalgo que por nombre responde a Jacinto y de apellidos Mialdea y Gil, como el de las calzas verdes.

Estilizada porque entonces corrían otros tiempos y porque siendo de profesión hombre de pluma en ristre –entiéndase lo de pluma por la adscripción a su quehacer de entonces-, de compás y tiralíneas, el delineante que lleva dentro.

Desde entonces hasta ahora, bien sabe Dios cuantas cosas hemos visto, ¡verdad!. Podríamos decir que somos conservadores/as de la memoria viva de este Centro de sus últimos veintitantos años, vista desde una perspectiva distinta a lo estrictamente docente. Es más, para algo hablamos del personal no docente que no indecente aunque mejor sería que fueran de la administración y los servicios que tan necesarios son para que este barco marche: como un tándem donde cada pieza cuenta tanto que sin ella no marcha.

Querido compañero Jacinto. No queremos que te marches de aquí sin que sepas que dejas un lugar y un espacio que solamente te corresponde a ti. Dicen que los más dicharacheros son los que se dejan notar y este es el caso que desmiente esa afirmación. De todos/as es sabido que tú no te has hecho notar ni por las bromas, ni por gracietas ni nada parecido. Eres como eres y, sobre todo, has sido con todo el mundo que te conoce un profesional responsable. Por eso,  queremos que sepas que ese comportamiento que te ha acompañado a lo largo y ancho de los últimos 20 años es la huella que dejas tras de ti. Y por eso te recordarán los que apenas te han conocido.
Por eso y, los que sabemos algo más de ti, por ser un hombre bueno. Aparte de tus “murmullos” y quebrantos propios de tanto papel fotocopiado, nos dejas la estela de un tío muy apañao y servicial, dispuesto para todo el mundo.

Jacinto, llévate de tus compañeras y compañeros de esta que ha sido casi tu casa durante los últimos 20 años, nuestra gratitud por tus servicios y nuestro afecto allí donde te toque comenzar otra andadura.

Un abrazo muy afectuoso de todos/as los que hemos tenido la fortuna de compartir mucho tiempo juntos/as.

Nati, Mª. Carmen, Mª. Ángeles, Paqui, Viki, Pepi, Estrella, Pilar y Enrique

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