El río tenía como una serie de partes en las que, en cada una, había algo que lo hacía particular. Si mal no recuerdo el orden es el siguiente:
Empezamos por unas pequeñas cuestas que mecían la barca un poco. Pero al final del trayecto, una cuesta enorme hacía de ese río una atracción de feria.
Continuamos con un camino sinuoso, lleno de bastantes curvas, ralentizando a las barcas. Era necesaria la cooperación de toda la balsa.
Paramos a refrescarnos un poco. Los que quisieron se bañaron un rato en el río, mientras que los demás esperaban en sus barcas, negándose a bañarse en esa agua helada.
Seguimos por un trayecto algo más rocoso, lleno de paredes de montañas con las que no había mas remedio que chocarse. El agua era algo más baja por ahí.
Finalmente, hicimos una última parada, donde nos tirábamos por una enorme roca al río y zambullirnos, pues el río tenía por esa parte gran profundidad.
Para acabar, remamos a la orilla opuesta para quitarnos toda el agua que teníamos dentro y llegar de nuevo a los vestuarios para secarnos y vestirnos de nuevo.
Además, en varios lugares, un fotógrafo tomaba fotos de nuestro recorrido por el río de todos nosotros. Son bastantes fotos y de buena calidad.
Debo decir que fue una experiencia espectacular, que lo pasé genial con mi equipo y que lo repetiría de nuevo.