Más allá de la mediación
POR M. ROSO, del Diario ABC
CÓRDOBA. El Instituto de Secundaria Averroes de la capital ha tomado la iniciativa en el desarrollo de nuevas dinámicas para la mejora de la convivencia escolar y la resolución de conflictos.
Cuando la mayoría de los centros educativos aún están familiarizándose y formándose en mediación escolar y el concepto aula de convivencia es tan reciente como el Decreto aprobado el pasado 20 de enero, este instituto lleva casi dos cursos desarrollando un programa de convivencia pionero que tiene en la llamada «tutoría de convivencia» a su principal referente.
Todo empezó el año pasado, de forma experimental. La tutora de convivencia y profesora del centro, Lourdes Baena, explica que todo partió de la necesidad de establecer una acción preventiva ante los conflictos detectados en el centro. «Los problemas existen y hay dos formas de afrontarlos: la punitiva y la preventiva. Esta segunda opción pretende reducir el número de conflictos haciendo que el propio alumno busque la solución al problema y tenga autonomía en la resolución de conflictos», explica.
El conflicto se aborda desde las siguientes perspectivas: qué ha ocurrido, por qué ha ocurrido y cómo puedo evitar que vuelva a suceder.
El comienzo del proceso
Pero el proceso empieza mucho antes, cuando el coordinador de convivencia, encargado de gestionar los casos, es informado de un problema y lo deriva a alguno de los «departamentos» del programa de convivencia: orientación, mediación, tutor de grupo o tutor de convivencia.
«Hay tres aspectos que distinguen a la tutoría de convivencia: la voluntariedad, la privacidad y la colaboración, que el alumno avance», comenta Baena. «La voluntariedad es muy importante, porque si el alumno no quiere mejorar, no hay nada que hacer».
En este sentido, de las 53 actuaciones realizadas por la tutoría este curso, la mayoría de ellas con alumnos de primero y segundo de Secundaria, nueve han sido suspendidas por la falta de interés del estudiante. Estos casos se derivan a la jefatura de estudios, que ejerce la acción punitiva.
En cuanto al resto, Baena considera que se está trabajando en una buena línea y que los resultados están siendo positivos. «Hay alumnos que cuando llegan a la tutoría no son conscientes de que su comportamiento es negativo y aquí hacemos que se den cuenta de ello. Hay casos, por ejemplo, de alumnos que comenten agresiones de baja intensidad (verbales) de forma continuada. Nosotros hacemos que se ponga en la piel de aquel hacia quien van dirigido sus insultos. Muchos recapacitan», ejemplifica Baena. Este sistema está dando muy buenos resultados en lo que el equipo llama situaciones de «preacoso».
La otra cara del programa de convivencia del IES Averroes, y quizá la más familiar en términos educativos, es la mediación escolar.
Tutores y padres
Además del profesorado, el grupo de mediadores está integrado por 15 alumnos y 13 padres. Los 15 estudiantes han asistido, desde el tercer trimestre del curso pasado y durante su tiempo libre, a cursos de formación en mediación escolar. Todos ellos, obtuvieron su título de mediador el pasado 30 de enero. «Queríamos mejorar los problemas que veíamos en el centro. Había muchos conflictos», explica Christian, de cuarto de la ESO. Él cree que la puesta en marcha de esta experiencia ha mejorado la convivencia del centro, aunque otros de sus compañeros, como Yolanda, Ana o Aylen cree que todo sigue más o menos igual y que es difícil que el resto de los alumnos les haga caso.
El Averroes ha creado, además, la figura del alumno-tutor, que realiza un seguimiento más directo del estudiante con problemas. «Es una figura más cercana y los alumnos responden mejor ante ellos que ante el docente», comenta Baena. Por el momento, sólo hay cinco alumnos-tutores. En las próximas semanas, habrá nuevos estudiantes designados para este cargo