Esperamos que los rezos de José Antonio y de Carmelo sean oídos…
Desde ayer 9 de abril a las 13:15 estamos sufriendo posiblemente la avería más importante de nuestra ya dilatadilla historia TIC, al chafarse la fuente de alimentación del Switch principal de nuestro armario de servidores, desde el que se distribuye la información a los otros dos switch del armario y de ahí a las distintas plantas y aulas, despachos, etc.
Sí, en efecto, nos tememos que esta vez la avería puede ser gorda. La vulnerabilidad de nuestro armario (calores, problemas eléctricos, etc.) ha traido como consecuencia el "descuajiringue" del stwich principal, cuya configuración en cascada afecta a toda la red del centro. Al verlo nos lo temimos y las conversaciones con el CGA y con Víctor nos lo confirmaron enseguida, el problema es gordo y, como es de esperar, no hay una solución eficaz programada. No hay ya garantía de APD y sí que hay garantía "de por vida" de 3COM, pero el protocolo no garantiza la reposición antes de una semana/10 días, y después de ello lo peor: mover los hilos de la Consejería para que venga alguien a configurar el dichoso swich.
Una pregunta: ¿Qué ocurre cuando se le va una fuente de alimentación a uno de los stwich de una sucursal del BBVA? Sin comentarios…
En nuestro caso, este problema ha dejado sin red más de medio curso a más de un centro.
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¡Vaya!, parece que sí han surtido efecto las súplicas de los compas y, aunque no se nos ha aparecido la virgen, sí que lo ha hecho esta mañana nuestro ángel de la guarda parTICular y superhéroe, Víctor…
Nuestro Víctor en acción…
La coordinación de los chicos del Centro de Gestión Avanzada (CGA), capitaneados en esta ocasión por Rodrigo y por Rául, y Víctor, nos abren una puerta a la esperanza…
Esperamos poder cantar pronto VICTORia y seguir utilizando las endiabladas maquinitas a las que ya nos hemos acostumbrado.
Nota: La sala de servidores ha sido hoy un continuo ir y venir de visitas de preocupación y de apoyo. Todas ellas han estado caracterizadas por el buen humor y el apoyo, cosa que agradecemos (aunque habrían estado bien unos pastelitos, jeje). La verdad es que la situación era pintoresca. Vésase la cara de cachondeo del técnico a la derecha de la primera foto.
