¡Que salte!, ¡Qué salte!
Es la animación del grupo a aquellos chavales que juegan al ‘Street Stunts’ sobre el Darro. Al final fue capaz, y con la anécdota, nos hicimos la foto grupal, de espaldas a los Palacios Nazaríes (esta vez no pudo ser), en el Paseo de los Tristes, en la margen del río Darro.
El atardecer se aproxima, y el deseo es llegar al Mirador de San Nicolás en el momento mágico de la puesta de Sol. Queríamos despedirnos de Granada justo en ese momento. La cuesta se hizo liviana. El premio nos esperaba. Son esos momentos únicos, de silencio y reflexión, de memoria, de análisis sobre la actividad del día, tal vez de recuerdo de alguien que no ha podido estar allí, tal vez algo más. Empezó temprano el día, no tanto como otra veces, la hermana Granada está cerca.
El pan con aceite de temporada nos anuncia un buen día. Se espera descubrir y aprender. Se cuenta con Rafael, Antonio y Teodosio, cada uno en su ámbito, pero todos, en su compromiso de mejora del grupo de adultos. Se quiere afianzar la formación con una nueva oportunidad en la educación permanente, pero también se quiere potenciar la convivencia, los valores y la amistad.
El Parque de las Ciencias es sorprendente. La torre de observación se convierte en faro del parque. Mirador al biodomo y el mariposario, donde los animales ofrecen su diálogo de supervivencia; al planetario y la biosfera, donde se debaten los límites del universo y la vida; a las propuestas para conocer el cuerpo humano, y para que no sufra, encontramos la reflexión sobre cómo prevenir los riesgos laborales; a la búsqueda de los ingeniosos robots que nos hacen la vida más fácil; a los recorridos botánicos con cubiertas biosostenibles que nos recuerdan un planeta finito al que hay que cuidar. A pesar de que las horas pasan, sigue faltando el tiempo. El eco propio de nuestra voz en aquel tubo quedará atrás.
El itinerario urbano por Granada nos lleva a las calles y sus gentes. La Granada seglar y secular nos deslumbra. Entre el pionono, la tapa, los churros con chocolate o el café, por Fray Leopoldo y los jardines del Triunfo, por la Gran Vía de Colón que te lleva a la escultura de Isabel la Católica, a la Capilla Real, al Centro de arte José Guerrero o la alcaicería islámica, en el debate entre la antigüedad y la postmodernidad. La catedral se convierte en estación, y desde ella, los itinerarios de espacio y tiempo propios.
Ya me contarás qué hiciste aquel día. No olvides documentar tu visión ya que te pediré que compartas tus fotografías y experiencias.
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Blog: Tus Ciencias Sociales
Informa: Teodosio Serrano