El parque natural de las sierras de Cazorla, Segura y las Villas no necesita muchas presentaciones. Casi todo el mundo ha oído hablar de este gran espacio verde de la provincia de Jaén. Sin embargo, pocos alumnos de la enseñanza de adultos habían puesto alguna vez un pie en las sierras en las que nace nuestro “gran río”. Así que, aprovechando nuestra participación en una de las actuaciones del programa ALDEA, Educación Ambiental en la Red de Jardines Botánicos, solicitamos a la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, autorización para acampar en la zona de acampada controlada “Huerta Vieja”. Y de esta manera económica, nos lanzamos a la aventura de este curso en la Educación de Adultos.
El que fuera autobús oficial del Córdoba Club de Fútbol nos llevó, con una parada en el camino, al Jardín Botánico “Torre del Vinagre”, que pertenece a la Red Andaluza de Jardines Botánicos y que nosotros visitábamos como centro participante en el Programa Aldea. En este jardín se representan las distintas formaciones vegetales que, según la altura y humedad (pisos bioclimáticos), podemos encontrar en el Parque Natural. Allí también pudimos ver algunos de los endemismos más emblemáticos del Parque Natural, como la Violeta de Cazorla (Viola cazorlensis) y la planta carnívora llamada Atrapamoscas (Pinguicula vallisnerifolia). Tras la visita guiada al jardín participamos en los talleres didácticos donde fabricamos saquitos con plantas aromáticas, sales de baños y cremas con cera natural de abejas.
Después de una mañana muy didáctica y formativa, almorzamos en el entorno del “Puente de las Herrerías” y ya con el estómago lleno, iniciamos la ruta de la “Cerrada del Utrero”, tallada por el río Guadalquivir a escasos kilómetros de su nacimiento y donde pudimos observar rapaces como buitres leonados. Avanzando en el camino llegamos a un mirador desde donde se puede contemplar la impresionante «Cascada de Linarejos», de unos 60 metros de caída, que cae al vacío buscando al Guadalquivir. Un grupito de nosotros nos aventuramos a vadear el río para acercarnos a ver la cascada de cerca.
Llegamos a la zona de acampada “Huerta Vieja”, situada cerca del pantano del Tranco, con tiempo suficiente para montar las tiendas de campaña y buscar leña para encender las barbacoas. Clases de astronomía, excursiones nocturnas, juegos de campamentos y charlas diversas rellenaron las horas bajo un cielo estrellado en una noche de luna nueva en la que no hizo falta abrigarse demasiado.
El día siguiente lo dedicamos a descubrir “a pie” uno de los mejores rincones de Cazorla, el cauce del río Borosa, uno de los afluentes del Guadalquivir. La ruta se inicia desde la piscifactoría por una pista forestal junto al cauce del río, al que enseguida, se le une el arroyo de las Truchas. A unos 3,5 km del inicio de la ruta llegamos a la “Cerrada de Elías”, un encañonamiento natural del río de una belleza impresionante. El final de la Cerrada (4,2 km desde el inicio) fue el final de la ruta para algunos. El resto seguimos río arriba hasta la siguiente etapa, la Central Eléctrica (7,2 km desde el inicio), donde acaba el sendero del río Borosa. Aquí, los bocadillos repusieron las fuerzas de aquellos que emprenderían el camino de vuelta. Un par de grupos, sin embargo, después de tomar un respiro, iniciamos la parte más dura del recorrido, un pronunciado ascenso que nos llevó hasta el “Salto de los Órganos”, cascada espectacular donde se inicia el ascenso hacia los túneles por los que discurren los canales que llevan el agua a la Central Eléctrica. Tras los túneles (11 km desde el inicio) los dos grupos llegamos a la Laguna de Aguas Negras y cada uno eligió una opción. Unos, hacia la derecha, en busca de la Laguna de Valdeazores y otros, hacia la izquierda por la senda que lleva al mismo Nacimiento del río Borosa.
Todos volvimos a Córdoba felices, con las piernas cansada de la caminata, pero muy, muy felices.
¡INOLVIDABLE!
Informa: Nuria Anaya
Esto ha sido un espectáculo visual y toda una alegría…
Maravillosas fotos… DE MI TIERRA… Río Borosa, Lagunas de ValdeAzores, Cerrada de Utrero…
Veros por allí ha sido, repito, una gran alegría. Que lo hayáis hecho posible, un sueño. Las imágenes hablan por sí solas. Solo hay que fijarse en las caras, gestos «naturales» que da la naturaleza, nuestra madre.
Un saludo compis queridos… y un gran recuerdo que ya llevo en mi corazoncito.
Gracias Noelia por tu comentario.
No es nada fácil hacer este tipo de actividades con el alumnado de Adultos. Los que trabajan, en la mayoría de los casos en condiciones precarias, tuvieron que hacer un esfuerzo para disponer de un par de días de «vacaciones» para poder participar en la actividad. Y los que no trabajan, y sí disponen de días, y también de hijos que cuidar, no pueden gastar su escaso dinero en sí mismos.
Pero, como bien dices, hicimos posible, un sueño. Un bonito sueño que puso sonrisa de «niños» en las caras de todos nuestros «adultos».
Disfrutamos de TU TIERRA mientras vivíamos el sueño y el «despertar» a las aulas nos dejó a todos, alumnos y profes, más unidos que nunca.
Es la magia de la naturaleza!
La magia de la naturaleza y de los seres que lo hacen posible… Felicidades y enhorabuena!