El 6 de noviembre se ha inaugurado en la Sala Tríptico la exposición de posesía visual de Antonio Monterroso. El autor, en palabras de Nuria Anaya, «es un gran maestro del verbo ser. Es una de las pocas personas que combinan en su vida el amor por la poesía, el arte del relato, la pasión por la naturaleza. Es de esos hombres que se conmueven sin avergonzarse y es también un David, capaz de enfrentarse sin tapujos al gigante Goliat…».
Por otra parte Juan Rosco Madruga dice entre otras cosas: «Pero lo que más valoro de su obra es su perspicacia: adivina que bajo la apariencia de la imagen, bajo la forma y la función de los objetos laten otros sentidos, otras significaciones que solo afloran si las ponemos en contacto con el reactivo adecuado, que puede ser un determinado contexto, un título, un color, una forma. A partir de ahí se obra el milagro de la transformación de unos objetos, palabras, formas o figuras en algo nuevo que no es la suma de las partes, sino algo nuevo, distinto, de significado inédito. Es la magia de la reacción química, en la que la nueva sustancia formada nada tiene que ver con los elementos que la formaron». De alguna forma este texto define tanto la obra de Monterroso como el acto de producir poesía visual.
La conjunción de imágenes e ideas de plena actualidad confiere a la obra de este poeta gran peculiaridad que algunos alumnos de 2º bachillerato A y C han plasmado en los comentarios derivados de la interpretación personal que han hecho de estos poemas. Puedes leer estos comentarios en el blog de la Biblioteca: Los libros de Averroes.