INTERCAMBIO NUREMBERG – CÓRDOBA – SEGUNDA FASE

Bueno, pues el 28 de marzo por la tarde llegó por fin para nuestros alumnos y alumnas de 4° ESO que acogieron en sus casas durante unos días del mes de febrero a los alumnos de intercambio de Nuremberg. Los días previos al gran viaje todos estábamos nerviosos y expectantes, y se iban creando ciertas complicidades entre todos nosotros, entre nuestros alumnos y sus acompañantes, David Vázquez y yo mismo. No todos los días tiene uno la oportunidad de participar en un intercambio de este tipo, con todas las vivencias para toda la vida que conlleva. Últimos ajustes, adelantar una hora la salida hacia Málaga para llegara más holgueros de tiempo (de hecho, tuvimos una inspección rutinaria de la Guardia Civil al pasar Lucena). Nervios, maletas comprimidas y pesadas en la farmacia del barrio para no superar los 15 kilos; pasteles cordobeses rumbo a Nuremberg, regalitos… Y las emocionantes despedidas a pie de autobús. Madres al borde de la lágrima; algún estudiante (dejémoslo sin género especificado) que se acurruca en su asiento y deja escapar algún puchero. A ver, es la primera vez que algunos se separan de sus familias. Otros, en cambio, nunca se han visto en otra igual: una semana entera sin tener a mis padres todo el santos día encima de mí. Viva!

alemanes

 

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Bueno, en el aeropuerto todo muy fácil. Nuestros chicos lo preguntan todo, creen que lo sabes todo, pero no es verdad. Yo creía que una pasarela tubular nos conduciría desde la puerta de embarque al avión, pero no: bajamos a la pista y caminamos grácilmente con nuestras maletitas de cabina hasta el avión.

Para algunos de ellos, el viaje a Nuremberg va a ser el primero en avión, “mi primera experiencia aviónica”, y claro tiene un puntazo. Los hay que están de los nervios también por este trance. Pero entre todos nos tranquilizamos. El avión despega puntual; no va completo, lo que nos permite distribuirnos a nuestro antojo una vez que ya estamos en pleno vuelo. Nuevamente, nuestros alumnos lanzan preguntas en batería: cuánto queda para llegar (ésta es fácil: miras el reloj y ajustas la hora con las 23h30 como hora prevista de llegada), hace mucho calor, se puede bajar la calefacción?, de dónde son las azafatas? hay cargador para el móvil?… y la mejor: de qué ciudad son esas luces? o por dónde vamos? Aunque hagan todas estas preguntas, también admiten un “No lo sé” por respuesta, a lo que algunos replican aún: “Pues si eres maestro, tienes que saberlo”.

El vuelo es cómodo, caluroso, ruidoso (esos torrentes de voz que ya quisieran para sí algunos actores), divertido y de confidencias. Porque nuestros alumnos y alumnas son maravillosos y les gusta compartir lo que para ellos es importante. Gracias. Juegan a la cartas, cantan, comen chucherías sin solución de continuidad, se les taponan los oídos y quieren una solución, etc.

Llegamos antes de la hora prevista a Nuremberg y allí están esperándoles sus correspondientes con sus respectivas familias. Y es muy emocionante. Es como el inicio de la película de Love actually. Es muy chulo. Lamento no haber estado más ágil para ilustrar este momento (como también el momento de la despedida en Córdoba, cuando Jose, el hermano chico de una de nuestras alumnas, nos decía con mucha alegría que se venía con nosotros, con su hermana, que lo habían dejado venirse). Los encuentros felices son una oportunidad para que todo salga bien.

Como estábamos ligeramente cansados y algunas de estas familias viven hasta a media hora de distancia de Nuremberg, rápidamente se deshizo el grupo y cada mochuelo se fue a su olivo.

Hoy hemos empezado puntualmente a las 9h30 en el centro de la ciudad. Nos ha acogido Eva María, profesora de Sociales, alemán y español. (Ni más ni menos). Y ha preparado un juego para conocer la ciudad que nos ha encantado. Se han hecho grupos de forma azarosa: ha cortado tarjetas postales en varios trozos, y nuestros alumnos y sus correspondientes alemanes han tenido que recomponerlas. Y ha preparado un quiz con preguntas y pruebas para conocer de este modo la ciudad, investigando, preguntando, sacando fotos, etc. A las 12h30, hemos quedado en una sala del ayuntamiento, donde nos ha recibido el señor Esteban Cuja, responsable municipal de relaciones internacionales, para poner en común esta investigación. Nos ha proporcionado agua y zumos, y todos han ido contando lo que han visto durante la mañana. Además del quiz, Eva María nos ha dado a cada uno un clip. Para qué sirve un clip si no tienes papeles que agrupar? Para intercambiarlo por otra cosa. Se trataba de acercarse a la gente que nos cruzáramos por la ciudad, hablar con ellos, preguntarles lo que quisiéramos y pedirles que nos cambiaran el clip por otro objeto: hemos reunido un maquillaje, varios bolígrafos, un pincel, un metro de albañil, varios paquetes de pañuelos de papel, etc. También nos hemos reencontrado con los clips de los más vergonzosos. Después, nuestros alumnos han seguido la jornada soleada alemana con sus correspondientes.

 

Y hasta aquí puedo leer….

 

Informa José A. Ramos