HUERTO ECOLÓGICO EN EL AVERROES

Este curso hemos vuelto a poner en marcha el huerto del instituto. Disponíamos de un pequeño terreno dentro de uno de los patios del centro, que ya había sido cultivado antes por compañeros y compañeras de Biología y con la ayuda de Paco, el profesional de mantenimiento del instituto.

El AMPA del Averroes había conseguido una subvención para diseñar y poner en marcha un huerto. Algunas profesoras y profesores del instituto y dos madres de la asociación de madres y padres hicimos un curso sobre los huertos escolares de otoño organizado por el Ayuntamiento de Córdoba. El profesor del curso ha sido determinante, sus amplios conocimientos, su capacidad didáctica y su amor por la naturaleza han tenido una importante influencia en tod@s nosotr@s y nos hemos decidido a comenzar el proyecto.

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Para algun@s de nosotr@s este curso ha sido el primer contacto con este tipo de trabajo agrícola y la experiencia ha sido muy positiva. Trabajando en el curso del huerto hemos aprendido una cosa fundamental para un maestro o maestra como son las posibilidades educativas del huerto escolar, como el respeto por el medioambiente, el trabajo cooperativo o las ventajas del cultivo ecológico y todo lo que en relación con la salud y la alimentación se puede aprender.

La primera tarea fue limpiar el terreno que estaba inundado de “malas” hierbas, de basura y de piedras. Después añadimos tierra nueva suficiente y estiércol para comenzar a hacer los surcos y bancales. El alumnado que colaboró fue el de 1º de ESO. Después de la siembra de los diferentes cultivos, la tarea más común era la limpieza de hierbas y el riego. Para todas estas tareas se compraron herramientas y utensilios para el huerto (azadas, rastrillo, regadera y guantes).

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Con las lluvias abundantes, el huerto se nos llenó de ortigas y quitarlas significaba siempre picores a pesar de los guantes. No era la tarea que más gustaba hacer a nuestros alumnos. A lo largo del otoño e invierno hemos sembrado lechugas (de hoja de roble y romanas), habas, altramuces, zanahorias, acelgas, ajos y rábanos. Todos estos cultivos estuvieron protegidos por el espantapájaros George, que pudo hacerse gracias a la ayuda de los alumnos de la Formación Profesional Básica.


La acogida del proyecto por los niños y niñas ha sido estupenda, les encanta trabajar en el huerto y todos los días estaban dispuestos a salir a cavar, sembrar o regar. La motivación ha sido tan grande que tuvimos que establecer turnos para trabajar, ya que el huerto es pequeño y no daba trabajo para tantas personas.


Hay otro aspecto que el trabajo con la tierra nos enseña y es que el resultado del esfuerzo y el trabajo, da sus frutos, en forma de lechugas, zanahorias o ajos etc. como muestra de una producción en la que, de manera generosa, la Naturaleza multiplica los esfuerzos realizados.

Nuestro huerto de otoño, sin embargo, tuvo un final precipitado e inesperado: una plaga de orugas que acabó con buena parte de nuestros cultivos, teniendo que recoger aceleradamente la parte que todavía era salvable. Tras la limpieza de nuevo del terreno, algunas madres y padres junto a Paco han vuelto a preparar y sembrar el huerto de verano de nuestro centro.


Informan Raúl Ruano, Pepa Cobos y Lidia Caballero