CONFERENCIA DE ANTONIO GÓMEZ (50 ANIVERSARIO)

Tras el acto inaugural del amplio programa conmemorativo del 50 aniversario de nuestro instituto, celebrado el pasado 29 de septiembre, y la apertura de la exposición “Flashes del IES Averroes (1972-2022)” en la Sala Tríptico, llegó el momento de descorrer el telón de los actos culturales. Muchas eran las expectativas creadas con el retorno al centro del conferenciante, Antonio Gómez Pérez (Doña Mencía, 1955), antiguo director, miembro del departamento de Geografía e Historia, catedrático, expectativas justificadas por su amplio currículo, por su trayectoria profesional e investigadora y por la relevancia educativa desde la dirección del CEP Luisa Revuelta durante ocho años, como desde una vida dedicada a la publicación histórica.

El acto fue presentado con puntualidad británica (19 h) por la coordinadora del 50 aniversario, Mª José Leal Calero, que dio la bienvenida al numeroso público asistente, buena parte de él antiguos compañeros de claustro del ponente.

La presentación del conferenciante corrió a cargo de Carlos de Toro Luque, amigo personal (“no me quedó más remedio que aceptar”) y también antiguo director. Refirió del ponente su procedencia menciana, “tierra de buenos vinos” y los comienzos en el instituto en el curso 79/80 siendo Jefe de Estudios con Francisco Jiménez López de director. En el curso 2005, tras su paso durante 25 años, recaló en el CEP de Córdoba como director, para terminar su carrera profesional en el actual IPEP, donde se jubiló. Resaltó la labor investigadora desde la ciencia histórica, haciendo hincapié en los trabajos sobre Juan Valera y apostillando el reciente nombramiento como Cronista Oficial de su pueblo, lo cual siempre es uno de los principales indicadores de la labor comprometida con sus raíces, además de enorme motivo de orgullo para él y para sus amigos.

Antonio Gómez mostró al arrancar sus palabras el sincero agradecimiento por haber sido elegido por la Comisión Honorífica y Ejecutiva como punta de lanza en el cartel cultural anual confeccionado en esta efeméride. En la primera parte de su exposición se sucedieron numerosas anécdotas personales y familiares que le unían a su presentador, remontándose a tiempos de la II República. Aparte de ello, fueron 14 años compañeros en funciones directivas, lo cual convertía al acto en “todo un honor y un placer el poder estar hoy aquí juntos”. Rememoró los tiempos en los que, “hasta los domingos”, iban al centro a abrirlo para que parte del alumnado pudiese jugar al fútbol (como anécdota apuntar que José Miguel López Jurado nos documentó fotográficamente a posteriori tal circunstancia).

Hizo remembranza de su ingreso en Cabra (IES Aguilar y Eslava) haciendo un símil a través de un texto de Albert Camus, para continuar con su llegada a Córdoba al IES Séneca (1965), sólo para niños, justo cuando comenzaba a echar a andar aquella institución, desgajo del Instituto Provincial. Fueron los tiempos de su descubrimiento del fútbol en Córdoba, aspecto al que aludió reiteradamente. De Córdoba viajó a Sevilla (72/73), para aprobar las oposiciones en Granada en el curso 77/78. Destino: Ronda. Y no quedaba más remedio que hacer la mili. Y en Valladolid, a 5 km de Tordesillas (Cuartel de La Cabaña), cumplió su servicio militar (aunque “los fines de semana aprovechaba para bajar a Madrid”). La Fuensanta (79/80) fue su retorno a la tierra, aunque ya fue premonitorio que el piso alquilado lo tuvo en la calle Motril. En el instituto coincidió con importantes personalidades del incipiente feminismo democrático.

Centrándose en el Sector Sur, habló del barrio como de “enorme vitalidad en aquellos tiempos”. La Normal de Magisterio ayudaba en buena medida a tal efervescencia, algo que quizá se haya perdido en los últimos años (“aunque como no lo conozco suficientemente, prefiero no hablar”).

Cuando llegó al IES Averroes se encontró, dijo, con un elenco importante de profesorado de alta talla intelectual, como Javier Urraca. Eran tiempos de significada discusión política. Ejemplo de este nivel fue la presencia de Carmen del Campo, también directora, diputada nacional por el PSOE, así como sucesivos Departamentos de Geografía e Historia en los que se sucedió un profesorado de primer nivel, aparte de ser enormemente generoso por el trato que le dieron en todos los aspectos, empezando por el reparto horario.

Hizo nómina de algunos otros miembros claustrales de aquellos años: Juan Morales, Dionisio, Ginés, Pepe Navarrete, Paco López, Mª Jesús Monedero, Chema, Pedro Peinado,… Era un claustro en el que se vivía la libertad de los individuos, era una constante. “El Averroes tenía algo especial, quizá por la entrega de todo el profesorado. No hubo más problemas que los horarios, que sí eran un problema serio”. Recordó los tiempos en los que hubo amplios sectores del profesorado vinculados con posiciones políticas de izquierda (“había mucha gente del PCE”). Tuvo memoria para contar alguna anécdota relacionada con encuentros posteriores con alumnado (“algún alumno vino a decirme lo que dije aquel 23 de febrero del 81: Antonio nos insististe en que el fracaso del golpe de estado había sido un día grande para la democracia…”).

Repasó los cargos y los años en los que los desempeñó, tanto la vicedirección, la jefatura de estudios como la dirección (1990/92), y lo que suponía la negociación del cupo en Delegación. “El instituto tenía un ritmo propio en el 92 cuando llegó Carlos de Toro a la dirección”. Fue el momento que aprovechó para hacer una semblanza satírica de su presentador, citando algún viejo texto, presentador al que cedió la palabra.

Carlos de Toro tomó la palabra entablando así un diálogo en el discurso histórico y compuso algunos recuerdos de su mandato. La oposición, los debates, las diferencias “que poco a poco se fueron diluyendo”. Con la llegada de la LOGSE y todo el conjunto de cambios normativos que llevaron al 7º y 8º de EGB a los institutos “aumentó el nivel de conflicto”. Los cambios metodológicos y todo lo que supuso esa novedad trajeron consigo “la huida” de muchos compañeros, llegando a 27 las peticiones de traslado en un solo año (aunque no todas se concedieron, como era lógico). Nuevas normas, muchas medidas tuvieron que ir tomándose para adaptar la realidad del centro a aquellas circunstancias. De Toro se detuvo en aquellas “desbandadas” hacia la calle que se producían al llegar los recreos, lo que trajo la creación de guardias de pasillo, de escalera. Resaltó la importancia que tuvo el AMPA en los años noventa, “fuerte, coherente, que hizo piña, lo cual fue una suerte para mí”. Y así llegó a la celebración del XXV aniversario del instituto, lo cual le llevó a recabar mucha información sobre la vida del centro, su inauguración hasta llegar a su presente, años aquellos que llamó el “tiempo de la litrona”. Aliñó este episodio con fotografías del entorno fluvial, de la construcción del barrio y se apoyó en el libro que se editó con motivo de la celebración de aquellas bodas de plata.

Reprodujo en voz alta algunos detalles de la inauguración (1143 alumnos, director Juan Estrada Segura, reunido el claustro a las 18 horas en el Oratorio, con el nombre de Instituto Nacional Mixto de Bachillerato nº 2, en agosto de 1971, sin nombre –al nombre Averroes vino por votación claustral en la que, tras barajarse varios, “Averroes salió por 14 votos”). Le llegó el Nocturno, en palabras de Carlos de Toro, en el curso 75/76. En octubre de 1977 llegó a cerrar por problemas estructurales.

Antonio Gómez retomó la palabra para centrarse en su nueva dirección entre 2000-2004. Recordó que fueron años en los que el manejo del alumnado no fue nada fácil. Hubo salidas constantes de profesorado hacia otros centros. Repasó su equipo directivo, deteniéndose en las gestiones realizadas en torno los PGS, los roces que depararon y otros problemas. “La escuela buena es la que no está aislada”, vino a decir, y calificó su gobierno como de integración, en el que se buscó la calidad de la enseñanza, la igualdad de oportunidades. Reprodujo un pasaje del pregón que dio en el barrio del Sector Sur en el año 2002 en el que hizo propuestas para ayudar al barrio, comenzado por la petición del apoyo de todos.

Los cambios y las mejoras espaciales internas las enumeró, los esfuerzos que se hicieron para conformar la Biblioteca o el PAC, lo cual deparó la concesión de un premio nacional que les llevó a Madrid a recogerlo. Apuntó la labor de Rafa Bracho y todo el equipo TIC de aquellos tiempos. “Me fui satisfecho del trabajo hecho durante aquellos cuatro años”, sentenció. Y de ahí, se le brindó la posibilidad de tomar la dirección de CEP, que aun siendo un tiempo positivo, “no me llenó del todo, dejaba al Averroes y a mis amigos, y no debería haberme ido tal y como otros se quedaron”.

Lamentó no referir a todo el personal que hizo posible que el Averroes fuera lo que ha llegado a ser hoy en día, terminando su alocución con la emoción de manifestar que su a pesar de haber trabajado en otros ámbitos, el Averroes ha sido y es su centro, y de él sólo puede decir cosas buenas.

El público presente, en buena parte antiguos compañeros y compañeras, celebraron las palabras de Antonio Gómez Pérez con un cerrado aplauso, compartiendo con él fotografías en el photocall que para la ocasión se habilitó en el vestíbulo del salón de actos, así como anécdotas y recuerdos en esta nueva realidad que ojalá pronto sea la de volver a recuperar una vida cultural escolar que enriquezca lo que a día a día acontece en las aulas.

En una entrevista del diario Córdoba en enero de 2006 titulada “Antonio Gómez, director del centro de profesorado de Córdoba: El profesorado debe sentir que el CEP está muy cerca de ellos”, el anónimo periodista, en la entradilla, dejó escrito: “Su vida profesional y casi personal está unida a un instituto, el IES Averroes, y a un barrio, el Sector Sur, donde lo ha dado todo. Ha sido profesor, jefe de estudios, vicedirector y director de un centro que ganó en el curso 2003-2004 el premio nacional del MEC en la categoría de Planes de Mejora”. A lo que se respondía:

“-Su trayectoria profesional está íntegramente ligada al instituto Averroes, ¿qué deja allí?

-Yo echo mucho de menos el Averroes y sobre todo que allí se ha creado un estilo de trabajar que ha obtenido unos resultados muy positivos, cuya clave es el trabajo en equipo y respetar y recoger aportaciones de todo el mundo, incluso de los nuevos que llegan. Yo la verdad es que me siento orgulloso de haber trabajado allí tanto tiempo, todavía me siento vinculados a ellos. Éramos un equipo, que más que compañeros éramos amigos, y de hecho lo seguimos siendo”.

– ¿Cuál es la clave del buen funcionamiento de un centro?

-La clave es que nadie se debe creer más importante que nadie y quizás en los centros donde se dan ciertas condiciones y dificultades surgen equipos con ganas de solventar esos obstáculos y hacen un buen trabajo. Y eso recalcaría del Averroes, un estilo de centro que se ha caracterizado por la cooperación, por el respeto y por el compromiso”.

Se puede acceder a la galería clicando en la fotografía.

Aquí enlazamos también un álbum de fotografías históricas.

Aquí os enlazamos dos videos de la conferencia.

Informa: José Ramón Pedraza, vicedirector del IES Averroes.